una pareja dejándolo enfrente del Lidl
una pareja sentada en un banco enfrente del Lidl de atocha. él mira la puerta del supermercado y ella gesticula mucho mirándole a él. paso por delante cargando el pensamiento intrusivo de girarle la cara al chaval y obligarle a que escuche bien lo que le está diciendo esa pobre chica. no lo hago. bajo la música de mis auriculares para intentar saber qué se tienen que decir un martes a las 19h enfrente del Lidl. en mis auriculares suena Ay! ya no estás más a mi lado, corazón, en mi alma solo tengo soledad ella dice no puedo más con esto y mueve las manos muy rápido. él sigue inmóvil mirando a la gente salir del super con bolsas enormes con los bricks de leche en las manos. una chica sale con un paquete de muslos de pollo troceados él seguro que en ese momento ha pensado hoy me pido un mcdonals y ella no puede soportar la idea de no cocinar para dos esta noche.
han decidido apostar por la hostilidad al dejarlo enfrente del Lidl. esta ciudad es increíble. creo que la próxima vez que lo deje con alguien también le llevaré a un supermercado. dejarlo en plazas bonitas es una cruz con la que cargas el resto de tu vida. luego vas a hacer botellón en san isidro a la plaza de los carros y ves fantasmas en cada esquina. creo que yo gané la batalla a la hostilidad
sigo mi camino tranquila porque aún son las 19h lo que significa que aún hay posibilidades de recibir ese mensaje antes de la hora del abismo: las 21:30. hay días que estoy bebiendo una cerveza en embajadores y pienso que quizás hoy es un día especial y te doy más margen de llamada. como cuando en los domingos de mi infancia aunque hubiera clase al día siguiente podía ver la tele un poco más tarde porque era domingo y eso era suficiente. una ilusión óptica lo de los domingos, me sigue pasando. pues esos días de astigmatismo emocional me confundo y pienso que eres el programa que viene después de esta serie que tanto me gusta pero que no es tan estimulante porque puedo verla también los lunes pero tú eres el puto programa de mierda de subastas que me gustaba de pequeña porque me hacía sentir lista y mayor. y porque era mi único acercamiento a lo prohibido: saber que estoy viendo algo que no es para mi y saber que debería estar en otro lugar. desde bien pequeña me ha gustado saltar entre posibilidades por si acaso un día me fallaba un pie y así descubriría por fin qué pasa cuando te caes. me acuerdo de estar en el huerto de mi abuelo antonio entre el camino que regaba las plantas con un pie en cada cimiento y el agua sucia y fría en medio. mi abuela maricarmen se santiguaba porque sabía que yo no iba a escucharle si me decía algo así que eligió hablarle a la virgen para que no me abriese la cabeza. y yo mira abuela mira abuela mira abuela de un lado a otro desafiando a las oraciones desafiando a la suerte o a la virgen. me caí pero no me abrí la cabeza. de pequeña me insistían mucho en lo dramático y tremendista para que no me acercase a cualquier agujero y luego de mayor me he caido tantas veces que me he dado cuenta de que nada es tan grave. esta vez del huerto fue la primera. tú eres como el agua sucia y fría que me mojó ese día de pequeña e hizo que me resfriara pero ahora no hay nadie santiguándose por mi y yo ni siquiera tiento a ninguna suerte y me tiro de cabeza. pero tú no haces que me resfrie como lo hace el agua, tú me das cistitis y frío a la mañana siguiente.
son las 21h llevo 3 cervezas y te hablo en mi cabeza por si no te has fijado en qué hora es. de pequeña me gustaba también desafiar el orden de las cosas. si piso las rayas blancas del paso de cebra no habrá san jacobos para cenar, si el ascensor tarda menos de 8 segundos en llegar sacaré un 10 en lengua, si suena justin bieber en la radio mi profe de piano me pondrá una canción que me gusta. voy al baño del bar a mear y me miro en el espejo: si me hubiera pintado los labios a lo mejor ya me hubieras escrito
vuelvo a casa por el camino de antes. el banco de la ruptura hostil del Lidl está vacío así que me lo he tomado personal y me he sentado. escucho Mensajes en cada fachada, normal que encontrase en el fin de las cosas un hilo pienso quizás los martes no son un buen día para nadie. me fijo en un señor saliendo con una lasaña precocinada para dos. hoy no me darán las buenas noches.
subo la cuesta de Lavapiés con mucho cuidado para no pisar las líneas del suelo (por si acaso) es que yo no tengo fondo ¿sabes? yo no llego a lo más oscuro porque siempre pienso que aún quizás todavía puede ser que en el último segundo pase lo que espero que pase ¿qué se supone que se hace ahora? ¿qué hacía de pequeña cuando me iba a la cama sin ver el puto programa de subastas de los cojones? mi cuarto de paredes fucsias en 2012 no era mi cuarto era Notting Hill: solo soy una chica esperando a que la quieran. como no podía medir el tiempo justo en decepcionarme con cigarros como hago ahora, mi única opción era dormir. en mi cama de 90cm me apetecía dormir con peki mi peluche favorito pero acababa en un borde de la cama por dar hueco a todos los peluches para que ninguno se sintiera abandonado (a mis 21 años me sigo peleando por ser el peluche de alguien) y entonces al día siguiente me levantaba como si nada iba al cole y mi profe de religión nos hacía empezar la semana con una oración. miriam: por qué rezas hoy? porque la vida es maravillosa, dije después de escribir en mi diario que yo no estaba preparada para este mundo.
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