librerías
Te pregunté cuál era la mejor librería de Madrid y me diste la dirección de tu casa.
De camino me despisté mirando los nombres de las calles y me dio por pensar que si las calles de esta ciudad son las personas que han rozado mi pensamiento antes, tú eres una Avenida con letras grandes y nombre de algún río importante.
Creo que los rituales son necesarios porque nos enseñan lo sagrado. Mi ritual es entrar en una librería y lo sagrado de todo esto es encontrar las palabras justas en el título del libro más insospechado. Mientras queden librerías en el mundo, estaremos a salvo. Yo, de momento, voy haciéndome hueco entre las secciones “amor” y “novela negra” de la tuya. Supongo que es porque las personas tenemos ideas distintas de comodidad.
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